La sincronía es el proceso por el cual los sistemas físicos y mentales de los padres se coordinan con los del bebé. Es como aprender a bailar con su hijo. Al principio, los padres se adaptan a los estados del bebé mediante intercambios repetidos que reflejan el estado físico y emocional del bebé que incluyen el toque afectuoso, el contacto visual, las palabras especiales, las canciones y las vocalizaciones al igual que las expresiones faciales cariñosas y positivas. La sincronía sigue formándose mientras que usted y su hijo se familiaricen con las señales y los ritmos el uno hacia otro. Al sintonizarse con las señales de su hijo, poco a poco usted aprenderá a responder con sensibilidad a sus señales.
A continuación hay algunas sugerencias que puede recordar en sus interacciones diarias:
• Espere las respuestas de su bebé durante sus conversaciones.
• Responda de manera apropiada cuando le mira a usted o cuando mira hacia otro lado. Tal vez está tratando de formar una conexión o de señalar una sobrecarga sensorial.
• Deje que su hijo dirija el juego; eso apoya su interés y su aprendizaje.
Estos intercambios sincronizados entre usted y su hijo son fundamentales para la formación de interconexiones cerebrales sociales y emocionales Al crecer su hijo, estas interacciones llegan a ser más recíprocas y crece el lazo afectivo entre ustedes. La formación de lazos afectivos saludables resulta en cerebros saludables.