• Juan, un niño de tres años, acaba de comenzar clases de natación. Aunque los otros niños brincan al agua, el ha sido más cauteloso, a menudo se queda en los escalones de la piscina y apenas comienza a patear y moverse en el agua. En camino a la casa, sus padres reconocen el esfuerzo de Juan y dicen, “¡Te estás esforzando tanto para ponerte cómodo en esa piscina tan grande! El aprender algo nuevo requiere tiempo”.
• Manténgase centrado en el esfuerzo y en el presente. En vez de decir, “¡Increíble! Pateas esa pelota de fútbol tan duro. Vas a ser estrella de fútbol”, diga, “¡Increíble! ¡Veo que te estás esforzando tanto en patear esa pelota de fútbol!”
• Hable menos y haga más preguntas. Las preguntas como, “¿Cómo supiste dónde poner los bloques?” le ofrecen a su hijo atención cariñosa y a la vez lo animan a centrarse en su propio proceso y esfuerzo.