Imagínese que Julia lleva a su hijo Pablo de dieciocho meses a su pizzería favorita, pero está cerrada. Pablo ha esperado toda la semana para esta excursión especial y en un ataque de frustración, Pablo se lanza al suelo y llora. Julia reconoce la desilusión de Pablo con calma y dice, “Estábamos tan entusiasmados de comer pizza. ¡También estoy desilusionada! Vamos a la casa para preparar juntas algo súper especial. La semana que viene, después de la clase de natación, regresaremos para comer nuestra pizza favorita.”
Este ejemplo de controlar la frustración puede aplicarse a varias situaciones usando los siguientes pasos:
• Mantener la calma. Si es necesario, cargue a su hijo hasta que se calme.
• Reconocer la desilusión y la frustración de su hijo. “Sé que el no comer pizza hoy te desilusionó mucho. Puede ser difícil esperar.”
• Tolerar la desilusión de su hijo. No trate de “arreglar” la situación rápidamente. No se deje llevar por el pánico. No tiene que encontrar otra pizzería en ese momento.
• Ayudar a su hijo que aprenda a esperar. Recuerde, su hijo no puede aprender la tolerancia a la frustración si nunca siente frustración.
• Hacer un plan con su hijo y seguir el plan hasta el final. Si es posible, ofrezca una opción alternativa que sea razonable y que no tarde demasiado tiempo en cumplir.