La regulación de las emociones
• Sofía, quien tiene dieciséis meses está en la oficina del doctor para que le hagan un chequeo y tiene miedo de recibir una inyección. Ester, su mamá, quiere ayudarle a bajar su nivel de ansiedad.
• Ester reconoce y valida el temor de Sofía al decirle en una voz reconfortante, pero a la vez con el ceño fruncido, “Sé que te duele la inyección, pero ¡solo por un momentito!” Tan pronto como le dan la inyección, Ester sonríe y dice, de modo tranquilizador, “¡Ya terminamos! Regresemos a la casa, vamos a almorzar y jugar tu juego favorito”. Sofía deja de lloriquear, mira a su mamá en la cara y empieza a calmarse.
• ¿Qué aprendemos de este ejemplo? Ester le mostró a Sofía que entendió su temor de las inyecciones al reflejar un aspecto de sus sentimientos mediante sus palabras y expresiones faciales. Bajo el temor de Sofía antes de la inyección mediante su voz suave y expresión de tristeza.
• Después de la inyección, Ester transformó la experiencia de Sofía al mejorar su humor con un tono de voz más aguda y una expresión de energía en la cara (subir la energía). Sofía invirtió menos energía en su temor porque su mamá le mostro cómo confrontar un factor estresante con éxito y cómo calmarse y recuperarse más rápidamente.
• Sofía aprendió que pudo aguantar su angustia sin abrumarse.
La regulación de la agitación
• María observa que su hija Olivia de seis meses se pone quisquillosa durante la tarde cuando intenta darle de comer. Al principio, María intenta calmar a Olivia al tocar música relajante, pero no le parece que Olivia se calma.
• María sigue tratando de calmar a Olivia al darle de comer de otra manera, pero nada funciona. María empieza a darse cuenta de que posiblemente Olivia sea sensible a la luz brillante, así que baja las persianas en la recámara de Olivia cuando le da de comer (bajar la agitación). María está contenta cuando ve que Olivia se calma cuando se baja la luz (el factor estresante).
• Al siguiente día, María baja la luz de nuevo al ajustar las persianas en la recámara de Olivia antes de darle de comer. De nuevo está contenta de hallar que Olivia no se pone quisquillosa. ¡María ha identificado el factor estresante con éxito!
• María pone un regulador de luz en la recámara de Olivia para que pueda bajar las luces en la noche cuando le lee libros antes de dormir o hasta cuando juega durante el día.
• La habilidad de María de observar con empatía, identificar y tomar acción cuando estaba consternada le enseñó a Olivia que su mamá puede ayudar a consolarla cuando hay un factor estresante (bajar el estrés). Con el tiempo, Olivia podrá encontrar maneras de identificar sus propios factores estresantes para poder aprender a calmarse sola y mantenerse tranquila y atenta.
Usar el término “Subir y Bajar” la energía puede ser una herramienta divertida pero poderosa para identificar, responder y gestionar nuestras reacciones a los factores estresantes. La familia puede usar y compartir estas palabras sencillas para ayudarse a subir o bajarse la energía.